Boada: La fusión peruana llega a Villamiel | Hoy

2022-09-24 03:00:10 By : Ms. jimmy zheng

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Lea las cinco noticias principales de este viernes, 23 de septiembre de 2022

Atención! ¡Tomen nota! ¡Descubrimiento! En Salsa acaba de encontrar un restaurante sorpresa. Sus clientes lo conocen, pero no lo cuentan para que no se llene pues es creencia popular que si un restaurante se pone de moda, suben los precios y las reservas. Pero no nos podemos callar este hallazgo inesperado. Estamos en Villamiel, un pueblo de 400 habitantes enclavado en la Sierra de Gata. Se nota por sus mansiones que fue una localidad con prestancia e importancia. El vecino castillo de Trevejo le confiere categoría de destino turístico y este restaurante rubrica su entrada en la categoría de 'pueblos que merecen una visita'.

Estamos, en fin, en el restaurante Boada, situado en una calle de Villamiel cercana a la iglesia… Bueno, aquí todo está a un paso de la iglesia. La fachada no dice mucho, aunque está bien concebida y acabada, pero el interior está puesto con categoría superior: manteles, cubertería (Arcoroc), vajilla (Porvasal), cristalería, reposaplatos, magníficas sillas, paredes de piedra, biombos originales… Y terraza con vistas al castillo de Trevejo.

Buen recibimiento. Nos cuentan que el edificio, que alberga habitaciones para hospedarse, antes fue el baile del pueblo y un negocio de distribución comarcal de peces de río, frutas y verduras. Uniformado de negro con delantal, Miguel, maître y sumiller, explica la carta de vinos, que es tan original como corta: 38 referencias (8 de Extremadura), selección de vinos portugueses poco habitual y un par de italianos interesantes. Pedimos un rosado de Setúbal Vinha do Torrão (syrah, castelão y touriga nacional) que entraba solo (disculpen que no nos enredemos con retrogustos y zarandajas). Buena selección de cervezas.

La carta, muy moderna, está en una tableta. El aperitivo de cortesía es una croqueta sublime de ají de gallina con salsa peruana huancaína que el maître explica con solvencia. En este punto, ya se van descubriendo las claves de este restaurante Boada donde la cocina extremeña se fusiona con la peruana en un alarde de creatividad, equilibrio y sabores con personalidad.

Croqueta con salsa. / E. R.

Pero hablemos del pan, porque, ¡oh felicidad suprema del gastrónomo!, lo cuidan: es pan de masa madre bien de sésamo, bien de anís. En la tableta-carta, carpaccios y tatakis con planteamientos distintos, un gazpacho fresco con helado de vino tinto y gotas de AOVE prometedor y aventuras tales como ofrecer tofu con verduras, ensalada de quinoa con aguacate o ancas de rana rebozadas. No falta la influencia mestiza de Japón y Perú, que explica el didáctico maître, en un jakazo (pasta de arroz) relleno de langostinos, unas gyozas vegetales, un pan bao relleno de lomo… Hay pulpo ahumado y bacalao en tempura, selección clásica de carnes ibéricas, solomillos y entrecots, carrilleras o el exotismo del anticucho de brochetas de corazón de ternera adobadas a la brasa o un matrimonio mixto de filet mignon y torta del Casar.

Arrancamos con una ensalada de frutos rojos para calibrar el difícil arte de sorprender con vegetales. Seguimos con un ceviche para hacer honor al origen peruano de maître y chef (el propietario, hombre con visión y experiencia hostelera, tuvo antes el hotel Corvina de Acebo, es del pueblo y está presente: el ojo del amo engorda el caballo). Optamos después por un arroz negro con sepia al llauna, gambones flambeados al brandy y espuma de alioli casero, que es también una 'prueba del algodón' culinaria, y terminamos investigando si es cierto que el helado de fresa es artesanal como promete una carta que se completa con tiramisú, milhojas crujiente o esfera de chocolate sobre tierra de cacao peruano.

Ensalada de frutos rojos, arroz negro y helado de fresa artesano. / E. R.

Conclusiones: la ensalada era puro frescor restallante, equilibrio de frutos rojos, tomate, queso y lechugas, un placer que limpia el paladar… El ceviche de corvina, con boniato, plátano frito, etcétera, lo seleccionamos para nuestra antología de los mejores ceviches de Extremadura y el arroz estaba en su punto de sabor y de cocción. Añadamos destreza en el emplatado y un helado superior, con la fresa golpeando el paladar, y tendremos argumentos suficientes para recomendar este restaurante antes de que se ponga de moda y haya que esperar dos meses para coger una reserva.

Dirección: Calle Calvo Sotelo, 18

Horario: Mie-Lun: 10.30-23.00 horas. Martes: 9.00-23.00 horas